Luis Ezequiel Unsain, nació en Villa Alcaraz un 9 de marzo de 1995. Arquero como su padre, durante su infancia defendió los 3 palos de Unión de Alcaraz para luego, a los 14 años, irse a Newell’s de Rosario.

Debutó en primera el 16 de agosto de 2015 en un empate 0 a 0 frente a Temperley.

En 2017 emigró a Defensa y Justicia, equipo donde ataja actualmente y participa de la Copa Libertadores de América.

Para los habitantes de Alcaraz es simplemente “el Eze”, el que hace que fanáticos del Celeste hinchen por un equipo de camiseta verde y amarilla, aunque parezca irreal; el que cada vez que se da una vuelta por el pueblo para en cada esquina a sacarse fotos con los más chicos; el que cuando puede ayuda a las instituciones del pueblo.

El arquero habló de todo con Noti Alcaraz: su debut, los momentos complicados en su carrera, como la cuarentena cambió su forma de ver la vida, su familia.

Conocé a la persona detrás del futbolista en esta entrevista exclusiva.

¿Qué recuerdos tenés jugando en Unión Alcaraz?

En Unión tengo algunos recuerdos muy marcados. Mi debut en tercera fue en cancha de Atlético Hernandarias, perdimos ese día 4 a 0, pero yo entré en el entretiempo, con las expectativas de hacer un buen partido (ya perdíamos 2 a 0), de hacer un buen segundo tiempo. Y recuerdo que los dos goles que nos hacen en el segundo tiempo vienen por fallas mías, y los últimos minutos del partido los terminé llorando, incluso tuve que resolver algunas acciones con lágrimas en los ojos, pero son cosas que uno va aprendiendo con el correr del tiempo. La presión que me había puesto era mucha y haberme equivocado significó un dolor muy grande, pero uno aprende de ese tipo de cosas.

Otro recuerdo que tengo es un clásico en cancha de Bovril. Tampoco nos fue de la mejor manera, era mi primer clásico, y no tuve un gran partido, por lo menos así lo sentí yo.

Y te voy a nombrar uno lindo, que fue mi primera gran intervención con la camiseta de Unión. Fue en Deportivo Tuyango, una linda atajada a mi ángulo derecho. Me acuerdo como las mamás y los familiares de los chicos del equipo rival que estaban detrás me aplaudían y alentaban. Perdimos 1 a 0, pero me quedó grabado por cómo reaccionaron las personas que estaban detrás del arco, ni hablar mis compañeros y el cuerpo técnico.

Después también tengo más que nada momentos vividos en la tribuna, la realidad es que como jugador no tuve la posibilidad de estar tanto tiempo.

Te fuiste con 14 años a jugar a Newell’s,  ¿cómo fue el cambio de irte de un pueblo chico como Alcaraz a vivir a una gran ciudad como Rosario?

Llego a Newell’s el 24 de febrero de 2009, con casi 14 años. Obviamente que al llegar a una ciudad tan grande uno se toma un tiempo para ir conociendo, instalándose, arraigándose. Tener que empezar a tomar colectivos, a ir al colegio solo, son todos cambios que te van haciendo madurar muy de golpe. Pero tuve la posibilidad de que mi papá me vaya preparando desde muy chiquito. Además sabía lo que quería hacer de mi vida, que era ser jugador de fútbol, y tenía que irme de mi pueblo para tener alguna oportunidad. Y el primer año en novena fue, para mi gusto, el mejor año en las inferiores en Newell’s, entonces es como que todo iba fluyendo y me costó muy poco desarraigarme de mi familia. Lo que no quiere decir que no los ame en este momento y en aquel también, y no los extrañe o no los haya extrañado. Pero realmente sabía lo que quería, tenía un objetivo claro y debía resignar muchas cosas.

Cuando te habías consolidado en la Primera de Newell’s te fracturas la mandíbula en un choque con Tévez, ¿cómo fueron esos meses de recuperación y cómo afrontaste el hecho de tener que arrancar de cero?

No sé si me había afianzado en el arco pero sentía que estaba dando mis primeros pasos de manera firme, de manera contundente. Era mi decimosexto partido en primera división y haciendo un balance general de todos, el rendimiento fue bastante regular, teniendo en cuenta que en el medio hubo dos clásicos de Rosario en cancha de Central, en los que creo haber estado a la altura. Soy consciente de que también cometí algunos errores en esos partidos propios de la edad, de la ansiedad, pero el balance general es positivo. Después me toca lesionarme, un momento duro en mi carrera. Más allá de las complicaciones físicas que la lesión me trajo, que no fueron muchas porque yo a los dos meses ya estaba jugando nuevamente un partido de reserva, el tema mental quizá fue el que más me costó recuperar, porque con 21 años era el arquero titular de la primera de Newell´s y de repente se cortó a cero todo lo que se venía dando, y es muy difícil manejar ese tipo de momentos. De hecho para volver a atajar y tener continuidad me tuve que ir del club que a mí me abrió las puertas durante ocho años. Si bien yo intentaba hacer fuerzas desde el entrenamiento, mostrándome, exigiéndome al máximo, las cosas no se me dieron nuevamente para volver al arco en el que quería estar, y me termino yendo a Defensa y Justicia donde también estuve un año en el banco hasta agarrar la titularidad. Tuve la fortuna de jugar en la reserva, con la que fuimos campeones, eso hizo que a mi carrera vuelvan lindos momentos futbolísticos que me dieron la posibilidad de disfrutar realmente. Obviamente mis compañeros y el club estuvieron muy presentes, mi familia incondicional como siempre. Eso me dio la chance de ir recuperando la confianza en mí mismo, en lo que yo podía dar, en mi potencial. Tuve la oportunidad de aprender un montón desde otro lugar. Me parece que de eso se trata: de las situaciones negativas poder sacar cosas positivas. Siento que es ahí donde se da el crecimiento de la persona y en este caso del jugador.

Pasaste muchos meses aislado en un departamento, ¿cómo afrontaste el reto de tener que entrenarte en circunstancias poco comunes? ¿Qué actividades hacías para pasar el tiempo?

Sí, fueron cinco meses que literalmente estuve metido en mi departamento, cuidándonos con mi familia. Y en ese lapso tuve que buscar la manera de mantenerme física y mentalmente sano porque en algún momento la actividad deportiva iba a retornar. Nunca dejamos de ser jugadores profesionales, entonces tenía la obligación moral de respetar mi lugar y al club que me está dando trabajo, entonces entrenaba por mí, por el club y por mi futuro. Realmente fueron meses complicados, no es habitual entrenar en un departamento con muy poco espacio, superficies muy duras; los tobillos, las rodillas, la espalda y la cintura sufren. Muchas veces pareciera que los jugadores de fútbol somos máquinas que tenemos que soportar todo lo que hay por delante.

Tuve la posibilidad de realizar rutinas muy variadas a lo largo de los cinco meses, fui experimentando entrenamientos que iba viendo en youtube, leyendo y pidiendo a profes amigos. Una vez que la preparación comenzó a ser guiada por los entrenadores del club, la intensidad se elevó pero se hizo más fácil porque teníamos la motivación extra de entrenar todos juntos. Y si bien era por zoom, estábamos todos, nos veíamos, nos reíamos un rato después del entrenamiento, la cosa fluía un poco más.

Con respecto a las actividades, realmente me dediqué mucho a mi familia. Tuve la bendición de que nazca mi segundo hijo en plena cuarentena, entonces quizás la mente estuvo muy ocupada pensando en el nacimiento, después en la crianza, entonces realmente no tuve mucho tiempo libre. Cuando uno es papa vive para los hijos. Tengo la fortuna de tener dos y realmente me encanta pasar tiempo con ellos. Aprendo mucho todo el tiempo de las cosas que me pueden enseñar, y trato de dedicarme al cien por cien. Entrenaba a la mañana y después estaba con mi familia intentando experimentar la creatividad, y también la paciencia.

Durante el tiempo de cuarentena seguramente tuviste mucho tiempo para pensar, ¿te replanteaste algo de tu vida, cambiaste algunos hábitos?

Sí, lógicamente que uno de golpe se encontró con tiempo que antes no tenía, entonces lo utilicé para entender muchas cosas que en la vorágine de la competencia y los entrenamientos no tuve la posibilidad de hacer. Entonces me tomé el atrevimiento de analizarme: cómo fui, como soy, como me gustaría ser. Me surgió la idea de tomar a la lectura como con un hábito. Si bien antes leía alguna que otra vez, ahora lo hago un ratito todas las mañanas antes de ir a entrenar. Y me ha ayudado a asentar un montón de ideas y pensamientos que quizá estaban en el aire. Además he descubierto un montón de cosas que antes no podía ver, de mi vida, de mi familia, de mi carrera, y el saldo es sumamente positivo. El tiempo que estuvimos sin competencia fue aprovechado porque siento que estoy distinto. Uno siempre tiene los mismos principios e ideales, pero en este tiempo los he reforzado, mejorado, potenciado, y espero que me conduzcan por un buen camino deportivo y también humano. Considero que esto último es lo más importante, porque uno es jugador hasta los 37 años aproximadamente pero persona se es siempre. Entonces uno intenta darle forma a su personalidad, a su vida, y eso me encargué de hacer en la mayor parte del tiempo que estuvimos encerrados.

¿Qué sentimiento te genera jugar un torneo internacional como la Copa Libertadores y tener que enfrentar a equipos consagrados de Latinoamérica como Olimpia y Santos?

Me genera sensaciones como orgullo, satisfacción. Uno vuelve un poco la película hacia atrás y se da cuenta de todo el esfuerzo qué ha hecho, de todo lo que ha dejado en el camino, de todo lo que ha sacrificado, y obviamente es un orgullo enorme haber podido cumplir primero el sueño de ser jugador profesional, y después estar jugando a este nivel, a mi entender el torneo más importante del continente. Es algo inexplicable que me genera muchísima alegría y emoción. Cuando uno es chiquito sueña con jugar la copa libertadores, con entrar a la cancha y escuchar el himno, con un montón de situaciones que gracias a Dios he podido vivir, entonces es una muestra de que el camino que vengo recorriendo es el correcto. Tengo también la fortuna de estar en un equipo y en una institución muy competitiva, que en este último tiempo ha logrado clasificarse a copas internacionales. Y aún quedan muchas cosas por vivir, tengo muchos sueños por cumplir, pero realmente me encuentro en un momento muy lindo y ojalá que todo siga de la mejor manera, que podamos seguir recorriendo nuestro camino en Copa Libertadores y compitiendo a este nivel.

¿Cuáles son tus metas para los próximos años en tu carrera futbolística?

Seguir creciendo, seguir aprendiendo, ser un poco mejor día tras día. Considero que ponerse metas cortas y posibles hace que uno pueda trabajar con más contundencia sobre lo que necesita mejorar para cumplir dichas metas, e inevitablemente eso va a conducir a los grandes sueños que uno va teniendo. Podría decirte jugar en la selección, la Champions League, que son anhelos que tuve de pequeño y se fueron fortaleciendo aún más cuando fui creciendo. Pero de nada me sirve poner el foco tan lejos, cuando podría estar puesto en mejorar día a día, intentar alcanzar un rendimiento sostenido, que eso me va a abrir un poco más las posibilidades de llegar a alcanzar esos sueños que son muy grandes y difíciles.  Entonces mis objetivos son ir creciendo de a poco, progresando y que lo otro vaya llegando solo, si es que llega. Y si no llega poder estar tranquilo, poder acostarme todas las noches y tener la tranquilidad que hice lo que tenía que hacer, que di todo lo que tenía.

Como ya nos contaste, adquiriste el hábito de la lectura ¿hay algún libro que te haya ayudado para tu carrera, y algún otro que te haya servido para tu vida cotidiana?

Son varios los que he leído y que me han ayudado en mi carrera deportiva, porque trato de utilizar ese tiempo que tengo de lectura no solamente para ampliar el léxico, darle fluidez al habla y demás, sino también para que me ayude a desenvolverme dentro del campo de juego. Me ha gustado mucho “Legado: Quince lecciones sobre liderazgo” que trata sobre los All Blacks y su manera de desarrollarse en el alto rendimiento, realmente es un libro espectacular que no solamente apunta a lo deportivo sino también a como uno puede desenvolverse en la vida. Es un regalo que me hizo una persona que yo aprecio muchísimo, que lo guardo como un tesoro realmente y que he leído en varias ocasiones. También me gustó mucho “El principio de la presión”, que es un libro que si bien uno lo utiliza en el ámbito deportivo, le da la posibilidad a todas las personas de poder leerlo y aplicarlo en sus empresas, su trabajo, en su vida cotidiana. Ayuda a las personas a desenvolverse en situaciones de mucho estrés, nerviosismo y tensión. Y en el deporte de alto rendimiento esos escenarios se dan con mucha continuidad. A menudo solemos desenvolvernos en estadios que tienen cincuenta mil personas, o partidos decisivos, y estas son situaciones que uno debe aprender a manejar y con las que debe convivir, y este libro trata de ayudarnos a entender y sobrellevar esas circunstancias de la mejor manera.

¿Te gustaría estudiar alguna carrera universitaria? 

No me gustaría. Me gustan la historia, me gusta también la Kinesiología. Nosotros tenemos la posibilidad de estar muy cerca de los kinesiólogos y es lindo entender cómo el cuerpo se desarrolla, se desenvuelve, cómo está todo conectado, cómo tratar cada zona.  Pero mientras sea jugador de fútbol profesional no voy a estudiar ninguna carrera, está en mis planes estudiar algún idioma, pero eso me sirve directamente para desenvolverme en la carrera, para abrir un montón de puertas laborales.

Muchos chicos en Alcaraz sueñan con ser futbolistas profesionales ¿Qué mensaje les podes dejar?

Que no caduquen a la hora de buscar cumplir sus sueños. Con esto no quiero llevarles mala onda ni darles malas noticias, sino adentrarlos en una realidad que es difícil. Llegar a ser jugador profesional no es algo fácil pero es posible si uno trabaja con constancia, tiene disciplina, es ordenado. Después hay un montón de cosas que uno no puede manejar y no puede controlar, que también hacen su parte para que uno pueda llegar a cumplir el sueño. Pero mientras las chances estén latentes hay que luchar, hay que estar prestos a esforzarse, a hacer sacrificios. Lo importante en el caso de los chicos es llegar a sus casas después de entrenar sabiendo que están haciendo lo correcto y que lo que ellos pueden controlar, lo que ellos pueden hacer día tras día, está cumplido; que después el tiempo y la vida se van a encargar de realizar o no las cosas. Ser jugador profesional es muy lindo, pero es difícil de conseguir, hay que pasar por muchas etapas y obviamente ir aprendiendo con el correr del tiempo, pero es posible con mucho esfuerzo, sacrificio, disciplina, con mucha honestidad. Esto es un pensamiento puramente personal: es muy importante como uno es en la vida, como uno se desarrolla, ser honesto, ser leal, ser buena persona, ser buena leche. Probablemente todo esto los conduzca por un mejor camino, y esos valores los pongan un poco más cerca de cumplir ese sueño. Son un montón de condiciones que hay que reunir, y que valen la pena recalcar. Redondeando: Intentar, luchar por sus sueños, no caducar, seguir hasta que uno crea que las posibilidades están agotadas, y luego quedarse tranquilo con uno mismo. Si se dio, bienvenido sea, y si no, hicimos todo lo posible.